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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 11 de junio de 2011

LAS VENTAS: Ruben Pinar roza la Puerta Grande / Juan Miguel Núñez / EFE

  Ruben Pinar roza la Puerta Grande
 
Juan Miguel Núñez / EFE

Madrid, 10 jun (EFE).- Una oreja, y a punto de cortar otra si no es porque pinchó al matar en el siguiente toro, fue el balance de un Ruben Pinar valiente y con muchos recursos, a punto de abrir hoy la Puerta Grande de Las Ventas.
 
PINAR "SE VACÍA"
Estuvo bien Pinar, y estuvieron bien los toros, aunque en todos los casos faltó rematar. Y entre uno y otros, también Aguilar firmó cosas interesantes. Corrida, por tanto, más que interesante.
Al final fue una pena que Pinar no resolviera la salida a hombros que había buscado con tanto ahínco y entrega. Hizo todo Pinar, absolutamente todo, lo que sabe y lo que sentía, "vaciándose" por completo en sus dos faenas, si cabe aún más en la segunda cuando notaba que podía amarrar la ansiada Puerta Grande. Pero en el último momento el pinchazo previo a la estocada difuminó el pretendido triunfo.
Quede claro que la corrida, los titulares y el sobrero, prestaron mucho a los toreros, quienes en mayor o menos medida acertaron a exprimir esas posibilidades.
 
Fue Pinar a la postre quien se llevó el gato al agua, por inteligencia y valor, por entrega y capacidad. Tales fueron los vértices de sus dos faenas.
En su primero fue fundamental la colocación, en la distancia justa. Cuando el toro parecía intratable por su condición de andarín, se situó él en el sitio preciso para engancharle y, dejándole la muleta en la cara al final de cada pase, engarzarle el siguiente, dándole así continuidad a la serie. Fue algo prodigioso.
Pinar le sacó por el lado izquierdo un partido que antes nadie podía haber adivinado. Y aunque por el derecho fue harina de otro costal, también probó y estuvo a buen tono. Entre series se permitió cositas de muy buen gusto, como el cambio por delante enganchado a un natural y con el remate del de pecho.
La faena tuvo mucho mérito, y muy buenas formas. Por eso, la oreja. Trofeo de ley.
 
El sexto bis se movió, pero sin terminar de "romper", ya que tan pronto se venía de largo y humillado, desplazándose hasta allí, como se quedaba corto, frenándose.
Toro sin final, al que no valía atacarle, pues se hubiera venido abajo del todo. Lo que quiere decir que impuso muchas pausas en el trasteo. de hecho, el toro claudicó, y con él la faena. Pero Pinar, que aguantó en todos los casos una barbaridad, le sacó pases aunque aislados de muy buen trazo, y sobre todo muy sentidos. Lo dicho, en el pinchazo se quedó la oreja que presumiblemente le hubiera servido para salir a hombros. Desde luego la gente estuvo muy volcada con él.
 
Otro nombre importante en la tarde fue el de Sergio Aguilar. Quizás, algo frío, pero muy sincero y auténtico. En su primero, manso y un punto descompuesto, que pegaba un tornillazo al final de cada muletazo, sin embargo, hubo naturales muy bellos, de mucha enjundia, hasta que la faena perdió interés al venirse el toro abajo.
 
Algo parecido en el quinto, de más a menos, quizás por empeñarse en torear sobre el izquierdo cuando el pitón más aprovechable era el derecho, por donde hubo dos tandas muy ligadas y templadas, de mucha consistencia y ajuste. El toro duró poco, y Aguilar no pudo evitar que aquello se desmoronara.
 
Ferrera puso voluntad, y a veces más prisas de lo recomendable. Su primero, manso y soso, no obstante, se movió, y el hombre trabajó a destajo, pases y pases, a fin de cuentas para no dejar poso.
Con más posibilidades, el cuarto. De nuevo se echó en falta otra actitud, un planteamiento de faena mejor, más sosegado. Lo mejor de Ferrera, sus carreras y quiebros en banderillas en sus dos toros. Ahí no falló. 
 
FICHA DEL FESTEJO.- 
Cinco toros de Javier Pérez Tabernero y uno, sobrero, de Valdefresno, que hizo sexto, bien presentados y, aunque la mayoría mansearon incluso anduvieron en el límite de las fuerzas, en general muy toreables. La corrida tuvo muy buen tono aún con esos matices.
 
Antonio Ferrera: estocada corta y descabello (silencio) y dos pinchazos y estocada (silencio).
Sergio Aguilar: buena estocada (ovación); y pinchazo y estocada caída (silencio tras aviso).
Rubén Pinar: estocada (oreja); y pinchazo y estocada (ovación tras aviso).
 
En cuadrillas, buenos pares de banderillas de Pablo Saugar "Pirri" en el segundo.
 
La plaza tuvo algo más de media entrada en tarde soleada y apacible.
 

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