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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 14 de noviembre de 2011

MÉXICO: PARA TALAVANTE, TOREAR ES DISFRUTAR Y SOÑAR, AUN CON TOROS ILIDIABLES

PARA TALAVANTE,
TOREAR ES DISFRUTAR Y SOÑAR,
AUN CON TOROS ILIDIABLES

Jardinero de San Mateo
México, 13/11/2011.-En la segunda de la temporada se desplomó sensiblemente la audiencia, había razón.  No quedan muchos partidarios de El Zotoluco en su cercano ocaso, Mario Aguilar había estado mal en su última presencia y sólo soportaba el cartel Alejandro Talavante.  Pero antes de referir lo habido, una voz de lamento y otra de esperanza.  El presidente de la Asociación de Ganaderos envió de su campo bravo  un hato  de cromitos con pitones minúsculos, abantos –esos que son medrosos por naturaleza y bien partan de lejos o de cerca antes de entrar en jurisdicción se escupen- justitos de romana,  de hecho ilidiables, reservones e inciertos en su lidia, salvo quizá el tercero y el primer reserva que regaló el de Azcapotzalco.  Llevamos 16 reses en dos tardes y salvo con “Buen Mozo” y ahora “Carterista”, las dos vacadas, San Isidro y Marrón,  han pecado por falta de sangre, fuerza y han llegado a la muleta aplomadas.  Se sabe que pronto llegará simiente española a nuestras ganaderías, que mucho les hace falta, a algunas.  Estas jornadas taurinas en la México  pueden ser el momento en que los noveles mexicanos le den la lucha a las figuras consagradas españolas.

  Sólo con cojones, escuela, manejo de trapos con solera, despacioso y enjundioso y creando un estilo muy personal, Arturo Saldívar pudo plantarle  cara a Enrique Ponce el domingo pasado.  Fundadas esperanzas tenemos en que otro de los nuevos  “Tres Mosqueteros”:  Juan Pablo Sánchez, haga lo mismo con el maestro de Beziers, Sebastián Castella en una semana más. Silveti triunfo hoy en Guadalajara.

Procediendo a valorar los quilates de lo atestiguado, sin duda, fue el torero de Badajoz el que hizo la diferencia y por mucho!.  No era novedad, siendo el triunfador de Madrid y torero  cuyo arte  gusta a los  buenos aficionados mexicanos, puso la plaza patas pa´ arriba. Sólo faltaba que le saliera una res que embistiera para que nos embrujara con la belleza de sus trazos y la genialidad de su inspiración. No salió el toro  y él  hizo la faena.  Sus muletazos fueron tan largos, tan lentos y tan profundos llevados con una mano tan baja que el “olé” mexicano parecía tener un singular  eco.  No dispuso en su primero, “Nechu”, de una res a modo que fue fileteada por el puyero, sin embargo mostró su escuela tomasista, varios derechazos de enorme lentitud y otros naturales, poderosos y ligados.  Ofreció algunas manoletinas con su personal estilo pero pinchó para sólo recibir aplausos. 

Su segundo, “Bohemio”, mostró los mismos defectos de sus hermanos y con exceso por lo que pese a su insistencia con ambas manos, el marrajo que no cooperaba ni acudía al cite, lo despachó,  matando mal.  Pero la marca de la casa estaba lista, en chiqueros los dos reservas del nefasto hierro, “Galeno” para el de Badajoz y “Carterista” para el Zotoluco (¿tendremos que dividir las corridas entre la lídia ordinaria-de dia- y la feria de los regalitos –de noche-  a la que tan aficionados son los capitalinos?). 

Lo recibió Alejandro  bellamente con la capa con verónicas y tafalleras, rematando con dos revoleras a la José Tomás. El picador solo lo arañó y la res huía al caballo. Había que cuidarlo y se lo pasó por la derecha con muletazos largos, ajustados, muy abajo con fluidez y ligazón.  Pero su mano es la izquierda, de infinita largueza, notable aguante y un ritmo que extasía, instrumentó la arrucina y revivió  el pase de El Imposible.  Plantó sus pies en el suelo y ofreció tandas ligadas en redondo con un escalofriante desenfado que remató con un prodigioso pase del desdén y brotó de la plaza el grito “torero”.  Estaba esculpiendo una bella obra de arte.  Se fue por uvas y cobró un estoconazo, ligeramente trasero. Otro invidente en el biombo no se dio cuenta de lo ocurrido y respondió con una orejita.

El Zotoluco, con 1011 corridas a cuestas y 2500 toros lidiados tiene ya muy poco que lograr en la torería.  En su primero, “Canito”, vuelto y astifino, que salía descompuesto, se dobló con él, probándolo, pero se le vio inseguro dado que el toro salía con la cara por arriba.  Al no tener materia decidió despacharlo con una entera . En su segundo, “Luchador”, con  el viento y  el animal que era reservón, sin fuerza, manso , sólo lo acorraló en tablas e intentó emocionar con el poder de su muleta.  Alargó la lidia y mató a toro pasado.  Le quedaba el recurso del sobrero, que resultó el mejor –único- de la tarde, “Carterista”, un cárdeno obscuro de típica lámina Saltillo. Zotoluco sabía que tenía que triunfar y mostró voluntad con verónicas y una revolera.  Mejoró con chicuelinas andantes y el manguerazo de Villalta.   Dos pases de rodillas en tablas y puso  la derecha muy abajo mostrando poder y dándole reposo al toro.  Mejoró con algunos naturales pero era con la diestra con la que triunfaría, con su toreo mandón y de entrega en una faena bien armada, despaciosa, con fondo y clase.  Mató con una estocada trasera, concediéndosele una oreja.  Como el público pedía la otra, el maestro hizo su berrinche, tirándosela a un peón, oyéndose las Golondrinas, por no sé qué razón.

“Bribón” se llamaba el tercero, y Mario Aguilar con un traje decorado con aguilitas recibió a este cárdeno ayuno de defensas que tampoco tenía ni casta ni fuerza.  Le dio tres bellas tafalleras y el público le pidió que banderillara, lo que no hace.  Su peón Prado recibió cerrada ovación al correr al toro con una mano de lado a lado del ruedo. Lo buscó en los medios para el péndulo pero había que darle tiempo y distancia y mucha paciencia.  Mario estaba decidido a triunfar, pese a las condiciones del animal. Le instrumentó derechazos y un bello circular invertido; muy buenos pases de pecho y el toro agotado todavía fue a dosantinas y bernardina y lo fulminó con una entera trasera bien ejecutada, lo que le valió sin discusión una oreja. En su segundo no había tela de donde cortar y el se vio inseguro.

Hace un año exactamente decíamos de Talavante que era “una figura con un repertorio variado, de técnica fácil y dominadora, capaz de improvisar lo excelso en cualquier momento y que podría escalar pronto las alturas de los consagrados con su mano izquierda, prodigiosa y que lograría sonados triunfos en México. ¡Confirmado.¡
El cartel del próximo domingo no tiene desperdicio, Sebastian Castella en la cumbre, El Payo, embalado en triunfos, y el otro mosquetero, Juan Pablo Sanchez, dispuesto a que no se le adelante nadie. ¿Pero qué saldrá de chiqueros?

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