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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 6 de junio de 2012

LAS VENTAS: DISGUSTO, ABURRIMIENTO Y TRIUNFALISMO / Por Antolín Castro


David Mora
 

DISGUSTO, ABURRIMIENTO Y TRIUNFALISMO

Antolín Castro
España

AyC.- Empezó la Feria del Arte y la Cultura y empezó con un torero a hombros. Es seguro que habrá alegrado a muchos tras la sequía de San Isidro, pero a otros muchos les ha disgustado por varios motivos. Lo veremos.

Se esperaba que fuera más floja la entrada y lo fue. La gente no está para toros todos los días cuando éstos son lo que son ahora mismo y nadie te obliga a sacar abono. Se esperaba que fuera un público más facilón y tampoco se ha errado en ese particular. Menos exigencia y al haber más localidades en taquilla se cuelan en la plaza gentes venidas tendentes al aplauso fácil.

Todo, como ven, puede distorsionar la realidad y cuanto sucede a unos les parecerá bien, los que esperaban un torero a hombros, y mal para los que querían más gente en la plaza, la empresa, y también mal para quienes exigen, los aficionados de verdad, que Madrid siga siendo una plaza de primerísimo nivel. Alegres algunos y descontentos otros.

La terna proporcionó distintos estados de ánimo y se reflejan perfectamente en el titular de hoy. La actuación de los toreros de hoy, Curro Díaz, César Jiménez y David Mora, nos proporcionan la coartada para describir el contenido de sus trasteos.

Curro ha tenido más suerte que el día anterior con su lote, si aquél fue infumable, éste ha sido un lote que se esfumaba, desclasado y sin ninguna opción. Si aquellos fueron imposibles, éstos no eran posibles, pero al menos se podrá decir que mejoró. Era muy fácil mejorar aquello. Un disgusto total para él, para sus seguidores y para todos los que estábamos en la plaza. Sus deseos se estrellaron con los marmolillos que tuvo delante y su quehacer se vio limitadísimo. No obstante, su estado de ánimo tampoco fue el mejor, dejando escapar la oportunidad para ponerse delante del lote bueno, el de Mora, al menos en los quites reglamentarios. No lo hizo y sospechamos que sería el más disgustado de todos, pero también sospechamos que le faltó dar un paso adelante para estar y poder verle diferente.

Aburrimiento es el que ha proporcionado la doble actuación de César Jiménez. Afectado como en él es habitual y toreando envarado pero lejos de transmitir sentimiento alguno. Puede que no lo perciba él pero es incuestionable lo que sucede. Se pone a dar pases y la gente se pone a hablar de sus cosas intentando llevar como pueden el aburrimiento. Tuvo, además, un toro potable, el segundo de la tarde, y las opciones se marcharon detrás de las mulillas.

El triunfalismo lo proporcionaron los momentos de las faenas de David Mora. Aquí no hubo dudas, disfrutó del mejor lote. El primero suyo fue un gran toro, con fijeza, repetición, humillación y nobleza y su trasteo estuvo muy por debajo de la condición del toro. Abusa de las poses y de la búsqueda del aplauso fácil y desperdicia el dar al toro lo que le pide. Construye sus faenas al margen de las condiciones de los toros, lo que produce acelerones y desafíos innecesarios. Muy violentos sus muletazos propios de otro tipo de toros. Oreja fácil en su primero y facilísima en su segundo. Con el capote, muy voluntarioso, hizo de todo y salió atropellado la mitad de las veces.

El último de la tarde era un manso que escapaba de la suerte cada dos muletazos, justo en el que las tablas las tenía de frente; tras de él transcurrió el trasteo, incoloro pero voluntarioso, hasta llegar a la zona de chiqueros donde el toro le repitió con codicia. Allí encontró el sitio y allí se tiró a matar a por todo, a sabiendas de que el populacho podía darle esa puerta grande tan chica que tiene Madrid con el 1+1.

Nadie hace nada por impedir que los paisanos de los toreros puedan, y de hecho hacen, abrir la puerta grande, nada menos que de Las Ventas y así nos va. O se regula la exigencia de las dos orejas en un toro, cuando no tres, o el triunfalismo nos devora. Con el tercero de la terna se proporcionó el triunfalismo y así cerrar una tarde que tuvo tres estados de ánimo. Ninguno fue bueno, aunque, como dijimos, a unos dejará contentos y a otros muy enfadados. Debe ser lo que tiene de especial esta nueva feria del arte y la cultura, que divide a la gente en dos.
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Opinión y Toros

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