la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Valencia, castigada pero triunfadora / Por EL VITO


Padilla, el gran triunfador / Foto Aníbal García Soteldo

"...Si no se logró el éxito de quienes se oponían a los festejos, toreros, anti taurinos, políticos, fue por la callada, decidida y eficaz acción mancomunada del Alcalde Parra de del diputado Ortega, representante en la Asamblea de Carabobo. Ambos entienden, como nos lo manifestaron, que los toros son parte del perfil de la ciudad y del carabobeño..."

La asistencia del público de Valencia a la Monumental del Palotal el pasado fin de semana a las corridas de toros de la Feria del Socorro, ha sido similar en cantidad a la concurrencia de Acho en los festejos correspondientes a la Feria del Señor de los Milagros.
Esto habla bien, muy bien de lo que Erick Cortéz ha sido capaz de lograr en este escenario nada fácil para manejar.
Tuvo que luchar el presidente de Agrocasta, con una ciudad que es un disparate. Sí, en un verdadero disparate la ha convertido la egolatría del presidente Hugo Chávez cuando castigó a los valencianos con la suspensión de los trabajos del metro por no haberle favorecido en las elecciones.
Valencia tiene venas abiertas, pero no en el sentido metafórico de Eduardo Galeano, sino literalmente, ya que dejaron los trabajos que con acierto inició don Francisco Cabrera , para dejar abiertas cárcavas miserables que hicieron de aquella admirada y bella Valencia un verdadero caos.

LA CIUDAD DISPARATE

Y digo esto del "disparate" porque la Autoridad Taurina de Valencia, por este motivo de la locura urbana que es la ciudad, no pudo iniciar los festejos a la hora señalada en los programas oficiales.
Somos muy dados a compararnos con otras referencias, como ocurre con la Monumental de Madrid o la Maestranza de Sevilla. Les diré, sin que la intención sea la de exaltar otras plazas, u otros pueblos, sino como los venezolanos hablan mucho de cómo se hacen las cosas allende los mares, les recordaremos a los aficionados de Valencia que si, por ejemplo, en Madrid o Sevilla esperaran la visita de Juan Carlos, Rey de España, y por retardarse éste en algún embrollo de tránsito en la ciudad no llegara a tiempo, deben estar seguros que el festejo comenzará en punto de la hora acordada por las autoridades. Luego su Majestad dará excusas públicas al respetable.
En Valencia, no.

AUTORIDAD QUE NO ORDENA

En esta plaza, desde hace muchos años el público ni es soberano y mucho menos respetado por una autoridad que impone con su investidura el ejercicio de las relaciones públicas y políticas. Basta ver el callejón de la plaza, lleno a reventar por mucha gente que nada tiene que ver con el desarrollo de la lidia. Entre ellos los periodistas, que nada tenemos que hacer metidos en un burladero de callejón.
Al llegar a este punto quisiera referirme a un mal, terrible mal que perdura en Valencia desde hace muchos, pero muchos años. Es el maltrato a la prensa, a los periodistas. En su momento hicimos pública protesta, pero fue como arar en el mar. Ahora me entero que el buen amigo Ángel Stopello, presidente de la Comisión Taurino impidió se acreditara al fotógrafo Fernando Zambrano, del Semanario Aplausos de España, por unos dimes y diretes que no llegan al punto de polémica sino de choque de egos. Se trata de una penosa costumbre de los distintos comisionados taurinos valencianos, que citan a los comunicadores a tempranas horas de la mañana, para luego retardar la entrega de credenciales teniéndolos como menesterosos a las puertas de las oficinas de la Comisión taurino.
Los periodistas somos los responsables que se nos humille, porque permitimos se nos maltrate. Me consta que para la Asociación de Cronistas Taurinos es mucho más importante tener en sus manos los pases a la plaza, que defender la dignidad de sus afiliados. El respetado Cronista Taurino de la Ciudad, César Dao, ha peleado, rogado, pedido, exigido un mejor trato para los periodistas sin poder lograrlo.
¿Por qué esta situación?
Preguntarán ustedes, cuando ferias más extensas y complicadas con San Cristóbal y Mérida sí lo han solucionado el tema de las credenciales para que se trabaje como comunicador en las plazas ,y tratan con decencia a quien acreditado por un medio nacional o extranjero solicita ser acreditado a la plaza para cumplir con sus funciones de información.

CHANTAJISTAS ANTE LAS DENUNCIAS

Las autoridades taurinas, y muchas empresas taurinas venezolanas están muy equivocadas con lo que significa la prensa taurina. Hacer lo que se ha hecho en Mérida o en San Cristóbal, que cuando alguien critica a las empresas vetan a los periodistas, como ha ocurrido con Víctor Eduardo Molina y Rubén Darío Villafraz. Actitud equivocada, contraria a las libertades ciudadanas y a los derechos humanos. Impedir la entrada o la movilización dentro de un escenario donde se realiza un espectáculo público, es una acción reprochable. No cabe duda y existe el amparo constitucional al ejercicio del periodismo. Lamentablemente se sigue, paso a paso, la huella del camino que marca Hugo Chávez, al impedir el acceso a la prensa independiente a las dependencias oficiales y negarles la información.

EL DESASTRE DE LOS BANDERILLEROS

Ángel Stopello, destacado aficionado práctico, hombre de bien como profesional y ciudadano, nos sorprende con su querella con el fotógrafo Fernando Zambrano de Aplausos de España, al que suspendió y no acreditó porque no le dio la gana. Esta acción estuvo acompañada por la complicidad de Antonio Arteaga, líder de los periodistas asociados, que simplemente dijo: "No se puede hacer nada".
Pues habrá que hacer algo, y algo que dignifique esta fiesta de toros que en Venezuela cada día está más llena de corruptelas y de penosas situaciones de fraude amparadas por la Autoridad. Cosas como la sustitución de picadores y de banderilleros en las corridas de Valencia, por muchachos sin credenciales y de evidente ineptitud para el ejercicio profesional del toreo. Esta situación provocó que los festejos deslucieran una enormidad, que de no haber sido por la participación directa en la lidia de los toros de sus compañeros de El Fandi, Padilla, Antonio Ferrera, Juan Bautista y muy en especial del banderillero Francisco Manuel Robles, las corridas no habrían podido celebrarse. Aquí si vale tener carácter e imponer la autoridad de la Comisión Taurina.

ACCIONES POSITIVAS

La feria de Valencia, sus corridas de toros no se habrían celebrado de no haber sido por la positiva y muy decidida intervención de dos personajes de la política nacional, además, insistimos en esto, de las ganas, el valor y la dedicación de Erick Cortéz en funciones de presidente de la Empresa Agrocasta.
Nos referimos al Alcalde Edgardo Parra y al diputado Saúl Ortega.
Valencia no sólo estaba vetada por la Unión de Toreros españoles, como consecuencia del desastre que dejara la anterior empresa, Waloca, sino que la temporada de la ciudad estaba en la mira de los líderes gremialistas de los coletas, Leonardo Varela, presidente de la Asociación de Toreros y de Gerson Guerrero de los Toreros Subalternos quienes minaron el camino hacia la celebración de los festejos en la Monumental.
Si no se logró el éxito de quienes se oponían a los festejos, toreros, anti taurinos, políticos, fue por la callada, decidida y eficaz acción mancomunada del Alcalde Parra de del diputado Ortega, representante en la Asamblea de Carabobo. Ambos entienden, como nos lo manifestaron, que los toros son parte del perfil de la ciudad y del carabobeño. Lo confirma una investigación de mercado ordenada por el alcalde, donde los resultados indican que " de cada 3 valencianos, 2 están de acuerdo con la celebración de las corridas de toros".
Nuestro público agradecimiento a Edgardo Parra y a Saúl Ortega. 

EL CÍRCULO BIENVENIDA Y SUS PREMIOS

El jurado integrado por los aficionados Nelson Hernández, Nilson Guerra Zambrano, Rafael Enrique Casal, Ángel Stopello, Luis Manuel Hernández y Enrique Barrios Barrios todos miembros del Círculo taurino Amigos de la dinastía Bienvenida, distinguió a los toreros y ganaderos más destacados de los festejos taurinos de la Feria de Valencia.

FABULA TAURINA, ha correspondido al torero jerezano Juan José Padilla, quien ha cortado las dos orejas simbólicas al segundo toro de su lote, la tarde de este pasado domingo 18.

FABULA GANADERA, al hierro colombiano de El Capiro, propiedad del rejoneador neogranadino Dayro Chica, el cual permitió el corte de cuatro orejas además del indulto del 5º toro de lidia ordinaria, de nombre «Jardinero» de 432 kilos.

PEPE BIENVENIDA, a la Mejor Estocada se la ha llevado el granadino “El Fandi”.

HOMENAJE A UN GRAN TAURINO

No es justo que en el texto fundamental del toreo nacional, el libro de don Carlos Salas, apenas le dediquen cinco líneas a la referencia de Manolo Fachín. Aunque le reconocen su jerarquía e importancia descubrimos en el homenaje que Rafael Enrique Casal le hizo en la Sala VIP de la Plaza de Toros de Valencia, gracias al brillante discurso que César Dao le dedicó, que Manolo Fachín fue mucho más de lo que Salas relata y que Pepe Hule omite.

En el homenaje los familiares de quien fuera un buen novillero, un destacado profesional de la información y de la Radio y sobre todo un venezolano honesto, honrado, valioso y fundamental. Enrique Barrios Barrios, del Círculo Bienvenida, abrió con sus palabras llenas de emoción el recuerdo para quien tuvo como bandera la vocación de ser torero en un raro país taurino. Juan Flores, "Brillante Negro", matador de toros con alternativa española de 1950, relató sus vivencias en las arenas venezolanas de Fachín, y nos contó cómo le impidieron torear en Caracas y el porqué se fue a Mérida, donde intentó prolongar, ya casado, su carrera de torero. Allá en Mérida nació su hijo Raúl, presente y conmovido en el homenaje organizado por Rafael Enrique Casal en Valencia.
Haberle rescatado del olvido es un toque de atención para todos nosotros, obligados a rescatar del olvido nuestros valores taurinos como es el caso de Luis Sánchez olivares "Diamante Negro" hoy hundido en el olvido allá en su Maracay, nuestra Ciudad Jardín, la cantera del toreo nacional.

FIN DE FIESTA MARAVILLOSO

Cosa de nunca acabar el poner a los taurinos de acuerdo. Recurro por ello a extractos de nuestra reseña, de nuestro relato sobre el indulto al toro Jardinero de El Capiro que, para nosotros, fue un merecido broche de oro para una gran feria de Valencia.

- " ... el domingo en Valencia, cuando fue indultado Jardinero de El Capiro, tras larga, armónica y muy bien planteada faena de Juan José Padilla. El toro de Dayro Chica fue muy bravo con el caballo, recibió tres puyazos, metió los riñones y acometió a distancia. Estos "aficionados", de dudosa integridad insisto, quieren ser más papistas que el Papa, oponiéndose públicamente a la exigencia de todo el cónclave que pedía el perdón a la vida de Jardinero de El Capiro. Lo hacían con ojos desorbitados, gritos a todo gañote y gestos como si del fin del mundo se tratara. Algo así, amable amigo lector, como si en la Scala cuando don Luciano interrumpía un área, y la repetía una y otra vez a exigencia del público que le aclama, saltara usted a gritar que están equivocados. Una posición acreditándose la "defensa de la Ópera".

No necesita el toreo de estos defensores, de esta gente que le enrostra con sus gritos ignorantes al resto del público que se siente feliz al descubrir el éxito en este país de fracasos, que aclama lo que sus ojos vieron con gratitud para que venga este chalao a decirle que "eso, eso que viste hace minutos y que te erizó la piel, es mentira. Verdad es lo que no has visto, ni vas a ver jamás". ¿Entiende usted a Picasso? ¿Le gusta la pintura del malagueño? Pûes ahí el quid del asunto, como cuando Luis Miguel Dominguín le dijo al genial pintor, "Pablo, te robo la expresión; no sabía responder la pregunta de por qué los toros y porqué soy torero"

Fue la tarde de Padilla la de domingo, la tarde de este huracán del toreo que toca las playas del Caribe y que refrendó su éxito en Valencia y amaneció hoy como el torero más importante para estos aficionados en las primeras ferias venezolanas. Lo hizo Padilla arrimándose, toreando, entregándose al público ante toros con muchas dificultados, como lo hizo con el tercero de nombre Pajarero, un manso huidizo, rebrincón, imposible de lidiar al que intentó banderillear y de lidiar exponiendo todo lo que debía exponer.

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