la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 23 de marzo de 2013

¿Querrá Valencia seguir siendo de primera? / Por Ricardo Díaz-Manresa


Finito de Córdoba, El Cordobés y Fandi

"...Valencia acoge la llamada de los mediáticos, repudiada en casi todas las de primera, como si fuera el toreo, se reboza y alboroza con lo cutre y lo celebra como si presenciara el éxtasis..."

¿Querrá Valencia seguir siendo de primera?

Cada año Valencia insiste en sus errores. Parece que no le importa mantener la categoría. ¿Quiere seguir siendo de primera?

Ricardo Díaz-Manresa

Cada año se ve lo que hace y mosquea mucho. ¿Quiere Valencia seguir siendo plaza de primera?. En 2013 hubo más toro aun con juampedritos que mejor que no hubieran venido salvo alguno, no aparecieron los zalduenditos (y menos mal) y con los toros de ahora, a los que algunos les cortan las orejas y otros aburren, a veces las dos cosas, prácticamente ninguno emociona y los aficionados –no el aluvión- salen insatisfechos.

La presidencia es de llorar (así no se puede mantener que una plaza de primera siga siendo de primera). Otras de primera se mantienen de primera porque algún presidente, aunque cometa alguna injusticia por riguroso, actúa con un tono de seriedad y categoría que no tiene Valencia. El palco es una verbena. Da igual que se siente uno u otro. Por eso sería bueno que en ferias no muy largas hubiera uno solo presidiendo, pese a que en Fallas el mismo exhibe dos criterios completamente diferentes según el día.

Valencia acoge la llamada de los mediáticos, repudiada en casi todas las de primera, como si fuera el toreo, se reboza y alboroza con lo cutre y lo celebra como si presenciara el éxtasis. El claro ejemplo es el Cordobés-Díaz. Si hubiese muchos como él, cantidad de espectadores dejarían de serlo para siempre. Pues Valencia enloquece con sus modos y sus ranas. Plaza de primera, que no tiene bastante con pechar todos los principios de temporada con los problemas (amenazas de huelga, G-10, el toro del invierno etc) y que por añadidura no da ejemplo de lo que deben ser los toros. La corrida no es una fiesta ni una diversión sino un sentimiento profundo, una liturgia, una sensibilidad, una emoción, un paladar supremo, una magia. No es una pachanga, una charlotada. Menos mal que hubo ejemplos posteriores para borrar este mal gusto de parte de los valencianos. Me dirán que de gustos no hay nada escrito. Según.

Bilbao y Málaga tienen una sola banda espectacular. De primera. De primerísima. Valencia, la tierra de la música, cambia cada día de grupo, no suena bien generalmente, a destiempo o demasiado tiempo. No es de primera.

El público dio la espalda mayoritariamente a las llamadas ferias de las novilladas y en la de los encastes y se portó mejor con la de las figuras y llenó un solo día. El ambiente del “No hay billetes” es el del toreo. Expectación, clamor, gentío, incluso fuera de la plaza rompía el aire de ambientazo e ilusión. ¡Qué espectáculo hermoso!

No se habrá perdido tanto dinero como en Castellón, la feria sin figuras, pero el balance puede ser negativo.

Sorprenden los huecos del día grande de Fallas, San José, con Valencia atestada de gente y con su gran figura, Ponce, en el cartel. Y no es la primera vez. Mientras, el valenciano Enrique insiste en los juampedritos, una bicoca para los antitaurinos. Dan en bandeja todos los argumentos para que los animalistas se crezcan.

Por todo lo escrito, no se sabe si Valencia querrá, en el futuro, ser o no de primera categoría. Seguir siendo. Hoy, Valencia es la menos de primera de las de primera. O lo parece.
***

1 comentario:

  1. La incultura taurina (en un pais donde la fiesta no es ya la fiesta nacional) es el mayor enemigo del toreo, mucho mas que los antitaurinos.

    ResponderEliminar