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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 20 de agosto de 2013

Ponce memorable / Por Paco Mora



"...Ha sido una faena de dos orejas, pero Matías ha visto que la espada había caído a dos centímetros del hoyo de las agujas y no le ha concedido la segunda. Y ha hecho muy bien, porque a artista tan soberano no le hacen falta los tratos de favor..."

Ponce memorable

Por Paco Mora

Bilbao, 19/08/2013.-La faena de Enrique Ponce a su segundo toro de esta tarde en Bilbao ha sido sencillamente memorable. Un compendio de su magisterio torero, sobre la base de una bragueta fuera de lo común. Un valor de ese que sólo notan los que se ponen o se han puesto delante de un toro. Porque para torear bien, concretando, para torear como ha toreado Ponce a ese toro, hace falta mucho valor. En su primero, un caballo con cuernos y único garbanzo negro de la corrida, junto con el sexto, ha estado con la soltura y autoridad que sólo puede estar quien hoy por hoy representa las más altas virtudes de la profesión de lidiar toros bravos. Pero en el segundo de su lote lo de Ponce ha sido como un grito estentóreo de ¡la imaginación al poder! La imaginación y la sublimación de la técnica, que cuando alcanza su cota más alta también es arte. Creativo, intuitivo, sabio, poderoso y sin perder la compostura ni un instante, el de Chiva ha demostrado que está para otros veinte años de reinado. Ha sido una faena de dos orejas, pero Matías ha visto que la espada había caído a dos centímetros del hoyo de las agujas y no le ha concedido la segunda. Y ha hecho muy bien, porque a artista tan soberano no le hacen falta los tratos de favor.

El Juli es un tigre vestido de luces, pero un felino con la cabeza tan despejada que no encuentra en ningún toro problema que no sepa y pueda resolver. Valiente, entregado y con una técnica fuera de lo común y una espada flamígera, El Juli ha dejado patente en Bilbao por qué esta ahí arriba y por qué exige lo que exige. Dos orejas que pudieron ser tres sin Matías en el palco. Pero está Matías y las orejas de Bilbao valen más por eso. Talavante no ha tenido con qué en el último acto de la tarde, pero en el tercero ha brillado como la estrella del firmamento taurino que es en estos momentos. ¡Lástima de los aceros que le han robado los trofeos! Porque toreando ha derramado personalidad, carácter y torería a raudales. Los toros de Garcigrande, lo han sido esta tarde. Otros días no, pero hoy cuatro de ellos se han merecido el Grande de la segunda parte del nombre con que los lidia Domingo Hernández. Hoy sí, Domingo. Hoy sí…
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