la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 21 de octubre de 2013

Buena muerte / Por Aquilino Duque



Mártires

No fuisteis al encuentro de la muerte. 

Fue la muerte 

la que vino a buscaros, y el martirio 

fue por añadidura. 

¿Eran las mismas palmas las del Domingo aquel? 

En el Huerto de Olivos toda España 

sudaba sangre 

y era un zarzal de espinas, 

un foso, una cisterna, un muladar, 

un túmulo de altares profanados, 

un mar muerto de asfalto 

rodeado de hachones como espadas flamígeras. 


Salido apenas de la adolescencia 

más de uno, para todos la vida 

no era más que un tránsito, 

de ahí que perdonárais con júbilo 

a quien os lo abreviaba sin saber lo que hacía 

cuando entre culatazos y blasfemias 

os empujaba hacia la eternidad, 

cuando a cada descarga se os abrían las nubes 

contra el sol en espléndidos rompimientos de gloria

Aquilino Duque 
***

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