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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 24 de septiembre de 2014

URDIALES O LA RIOJA.../ por Antolín Castro


De Diego Urdiales siempre se espera, y se recibe, lo mejor


URDIALES O LA RIOJA...

España 
¿Qué fue antes? Está claro, La Rioja. Pero después llegó Urdiales y en el mundo del toro se cambió el sentido, ahora todos primero decimos Urdiales y después… de La Rioja.

Escribo estas letras antes de verle en su feria, la de San Mateo en Logroño. No se qué va a suceder ese día, pero de una cosa estoy seguro, Diego Urdiales hará el toreo de verdad. Lo hará, o lo intentará, pues no sabe hacer otra cosa en la cara del toro. 

Con el toreo de Urdiales nos pasa lo mismo que con el vino de su tierra, sin necesidad de hacer pruebas sabemos que es bueno. Una garantía para los aficionados al vino como una garantía para los aficionados al toreo, léase al toreo auténtico.

Claro que sabemos que en las mesas, cada día -en las plazas también- se ofrece vino más peleón, de menos valor, menos cuidado, sin pasar el fielato y garantía de lo bueno, pero una cosa es el vino de diario y otra muy distinta si hay algo que celebrar o si quien lo va a beber es de muy buen paladar.

Eso nos pasa con el diestro de Arnedo, que sabemos que no es de diario, que solo le vemos y disfrutamos en contadas ocasiones, pero también sabemos que es una garantía para nuestro paladar de aficionados.

¿Sería posible verle todos los días? pues seguro que no. No decimos que sea condenado al casi ostracismo actual, pues sí sería bueno que, como el vino de su tierra, pudiéramos tenerlo delante en muchas más ocasiones; ocasiones, que sin duda, serían para celebrar.

Su toreo se mide como las añadas de los vinos de su tierra, excelente, muy buena, buena, normal y mediana. Ya casi nadie recuerda cuando fue una cosecha normal o mediana en La Rioja. Lo más reciente, en este siglo XXI, cinco veces excelente, cinco muy buena y tres buena. 

En el caso de Diego Urdiales, como en el del vino de Rioja, ese es su palmarés, la degustación de sus actuaciones. Cuando no es excelente, es muy buena o, en todo caso, buena. No es fácil recordar una mediana en su trayectoria.

Con esos antecedentes, se puede asegurar, que si no torea más tardes y no le anuncian en más ferias no es por su calidad, o quizá sí. Las ferias, a lo que se ve, prefieren el vino peleón y barato, antes que ofrecer vino de calidad y garantía. 

Uno de los problemas de nuestra Fiesta, es la falta de calidad ya que las medianías no hacen afición. Quien saborea el buen vino tiene muchas posibilidades de acostumbrarse a él, del mismo modo que en el toreo. Por eso quizá se ofrecen vinos baratos en los carteles de feria, para evitar la exigencia de lo bueno por parte de los aficionados. Claro que el vino peleón en lugar de regusto en el paladar, suele dejar dolor de cabeza. ¿O no?

La Rioja y Urdiales, misma denominación de origen.

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