domingo, 5 de marzo de 2017

VENEZUELA: QUINCUAGESIMO ANIVERSARIO DE LA PLAZA DE TOROS DE MÉRIDA Fortunato González Cruz



Los merideños no nos dejamos abatir por la crisis nacional ni por los fanatismos de lado y lado que nos quieren secuestrar la alegría. Por eso celebramos el carnaval, fuimos a los toros y recibimos con cordialidad, que tampoco es objeto de plagio, a quienes vinieron a pasar estos pocos días de asueto. Ahora la cuaresma es tiempo más propicio para la reflexión, la oración y la esperanza. 


QUINCUAGESIMO ANIVERSARIO DE LA PLAZA DE TOROS DE MÉRIDA

Fortunato González Cruz
Las corridas de celebración de los 50 años de la plaza de toros monumental de Mérida “Román Eduardo Sandia” han sido triunfales, dignas de la fecha, y han sucedido cosas de gran trascendencia para la fiesta brava. La historia se hace así, no por casualidad, sino por la conjunción de voluntades que han coincidido en hacer las cosas bien y superar los formidables obstáculos que a veces parecían imposibles superar.

Los merideños no nos dejamos abatir por la crisis nacional ni por los fanatismos de lado y lado que nos quieren secuestrar la alegría. Por eso celebramos el carnaval, fuimos a los toros y recibimos con cordialidad, que tampoco es objeto de plagio, a quienes vinieron a pasar estos pocos días de asueto. Ahora la cuaresma es tiempo más propicio para la reflexión, la oración y la esperanza. 

En el binomio Ricardo Ramírez y Juan José Guerrero está la clave del éxito de la celebración de los 50 años de la plaza monumental de toros “Román Eduardo Sandia”, una unión que representan las apasionadas aficiones andinas. Han tenido que comer más verdes que maduras, moverse en tiempos de desencuentros, una economía en crisis que golpea parejo asumir riesgos. Traer a Mérida maestros del arte taurino venciendo insólitas amenazas, algunos en el último tren, a fuerza de amistad. Una demostración de la casta noble de Ramguertauros. Han protagonizado un extraordinario ejemplo de trabajo en equipo, capacidad gerencial, habilidad para sortear dificultades y empeño heroico. De Juan José Guerrero son las ideas que ambientan la plaza y la corrida temática dominguera, única en la historia taurina emeritense. Hemos contado con la bendición divida gracias a la intervención del valiente Cardenal Arzobispo Baltazar Porras, quien en medio del albero, capote en mano, se muestra firme en las tesis morales y éticas de la encíclica “Laudato Sí” del papa Francisco, que no confunde modas y desviaciones con las esencias de un antropocentrismo que coloca las cosas en su lugar. Ya habrá tiempo para abundamientos.

COREMER, su presidente César Alarcón con su equipo han hecho su trabajo y la plaza lució engalanada y hermosa en su cumpleaños. En ella se asegura la operatividad diaria de una institución que ha enriquecido su patrimonio. Ha habido valiosos aprendizajes. La Comisión Taurina presidida por el doctor Jorge Bustamante ha sido hábil en sortear dificultades, lidiar faenas exigentes, comprender situaciones y decidir con acierto, que confía en la capacidad y en las habilidades de sus miembros. Junto con expertos en Derecho han trabajado para al menos posponer amenazas de quienes se empeñan en coartar la libertad y los derechos de nuestros hijos y nietos a ser buenos aficionados taurinos. En esta tarea habrá que seguir sin desmayo ni pausa.

Los tres equipos: COREMER, RAMGUERTAUROS y Comisión Taurina, y es justo que agregue a FERISOL, VENETUR y CORMETUR han trabajado juntos y logrado la unidad de los gobiernos Nacional, Estadal y Municipal en la consecución de objetivos superiores, que, mediante la realización de la Feria del Sol y el Carnaval Taurino de América, apuntalan la economía local y dan un respiro al sector turismo que emplea tantos merideños. En política hay una lección, pues queda claro que si es posible entendernos pese a la radicalidad de la confrontación.

Sucedieron muchas cosas imposibles de contar en esta corta reseña. Destaco haber dado 5 corridas de toros, una novillada y un festival cómico taurino, algunas de ellas a casa llena, lo que demuestra la fortaleza de una afición apasionada por el único arte que queda con la autenticidad de la entrega hasta la valentía. Vivos la presentación de una nueva ganadería, heredera de la fundada hace muchos años por Hugo Domingo Molina, cuyos becerros nacen en Yaracal y se crían en el Páramo de Cendé en tierras trujillanas con lo cual éste, mi Estado nativo, debuta con éxito en el mundo taurino.

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