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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 29 de diciembre de 2017

CALI 3ª DE FERIA. Felices cumpleaños y grado. Guillermo Valencia a hombros. / Jorge Arturo Díaz Reyes


Valencia. Foto: Camilo Díaz

Una tarde intensa. Con muchos significados y evocaciones. Con emociones de las buenas y de las malas. Con triunfo, con drama y hasta con comedia en el sainete montado por la insólita devolución del segundo que rompió el vuelo emocional que la faena del primero había disparado. Cañaveralejo ya tiene 60 años, bien celebrados.

Felices cumpleaños y grado

Cali, Colombia, XII 28 17
En el aniversario de la plaza Guillermo Valencia le corta las dos orejas al toro de su alternativa y sale a hombros por la Puerta Señor de los Cristales. Manzanares pundonoroso y cogido es doblemente ovacionado. Cayetano recibe oreja justa. Encierro de talante muy diverso. Emociones arriba.

Los Domecq de César Rincón, escogidos para el sexagenario de la plaza vinieron casi al margen de la ley por lo que a romana toca. Pero de armónicas líneas y decorosas caras. El segundo, vareado, largo, agalgado y de aspecto juvenil fue protestado por parte del público y devuelto inexplicablemente. En su lugar saltó el más hecho de la tarde con 482 mansurrones kilos. El de la alternativa, primero, “Nativo” Nº 312, de 464 kilos, negro fue de gran nobleza y fondo yéndose ovacionado en el arrastre. Cuarto y sexto también se arrastraron aplaudidos, mientras los otros dividieron opiniones.

Guillermo Valencia, tenía un compromiso, muy serio, graduarse ante dos figuras de lujosa dinastía y conmemorar el aniversario de la plaza sin ser menos. Lo enfrentó con decisión y suficiencia, pero también con fortuna. Se llevó el más emocionante lote; uno de acompasada fijeza y otro codicioso y veloz. Lo honró dando a cada cual lo suyo. Generoso con la capa. Verónicas a gusto, media y después del tumbó a Hildebrando Nieto, quite vibrante por gaoneras, caleserinas y revolvera. Tras la ceremonia, sembrado en los medios, aguantó galope para cuatro cambios apretados por pecho y espalda, ligados con una derecha, un molinete, un cambio de mano y uno de pecho, que hicieron explotar la plaza. La faena fluyó más por la derecha que por la zurda pero siempre templada, cadenciosa y situada. El griterío y la banda se peleaban el espacio. En medio de la batahola brilló la serenidad del toricantano para ubicar el punto final. Tres manoletinas, un kikiriki y un estocadón de padre y señor mío, entregaron el bueno a la ovación del arrastre, mientras Florencio Castillo, el primer alguacilillo que cruzó el ruedo de Cañaveralejo hace seis décadas, invitado de honor, le entregaba las máximos trofeos. Cali era una fiesta. Y a Cesar Rincón (ganadero) se le cumplimentaba en su palco de callejón.


Al sexto que atacó a toda máquina, lo paró con dos largas de rodillas. Quizá no justamente picado quiso tomar el mando, pero Guillermo le plantó cara y acopló su muleta a la velocidad de sus violentas acometidas. Mérito, todo, en una faena de más coraje que lirismo, pero torera, torera. Tras el pinchazo arriba, la espada fue total. Voces y pañuelos clamaron por la oreja, mas Usía dijo no. De todas maneras la Puerta Señor de los Cristales y lo gozado no se lo quitaba nadie.

José María Manzanares, pareció lanzar desde Cali un mensaje a quienes quieren encasillarlo como artista, dijo aquí que ante todo es un hombre y un torero en toda la extensión de la palabra. Dos toros complejos, bravucones, defensivos encontraron una lidia tenaz pero no excenta de su estética proverbial. El revoltoso cuarto lo cogió en la boca de riego, lo recibió con hachazos en el aire y le le repasó el cuerpo en el suelo mientras llegaban los capotes. De milagro no lo caló, pero lo mandó a la clínica. No sin antes recibir del macho la respuesta de dos señoras tandas y una estocada de efectos tardos. La plaza en pié se rindió al pundonor del alicantino.

Cayetano, luchó a brazo partido con el manso tercero, que buscaba y acabó rajado. El esfuerzo fue deslucido por un pinchazo, una estocada inocua, tres golpes fallidos de cruceta y un aviso. El quinto, al cual Joselito Rus pareo con maestría, tardeó, renunció y se paró, mas la porfía logró lo que la casta no daba halando y halando una y otra vez, poniendo la parroquia de su parte. Mató a ley y tocó pelo con justicia.

Una tarde intensa. Con muchos significados y evocaciones. Con emociones de las buenas y de las malas. Con triunfo, con drama y hasta con comedia en el sainete montado por la insólita devolución del segundo que rompió el vuelo emocional que la faena del primero había disparado. Cañaveralejo ya tiene 60 años, bien celebrados.
  • FICHA DEL FESTEJO
Cali. Diciembre 28 de 2017. Plaza de Cañaveralejo. Sol y nubes. Media entrada. 3ª de feria. Aniversario 60 de la plaza. Goyesca.
Seis toros de Las Ventas, dispares de presencia y juego, bajos de romana, casta y fuerza. Destacaron 1º,

Toro de la alternativa “Nativo” Nº 312, negros de 464 kilos, ovacionado, también 4º y 6º aplaudidos en el arrastre. 
Manzanares, saludo y saludó tras aviso.
Cayetano, silencio tras aviso y oreja.
Guillermo Valencia, dos orejas y palmas tras petición.
Incidencias: Saludó Joselito Rus tras parear al 5o. Manzanares, cogido por el 4º Fue trasladado a la Clínica Imbanaco para estudios de trauma torácico. Guillermo Valencia salió a hombros por la Puerta Señor delos Cristales.

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